Biblia Viva

...la Biblia de Jerusalén

II Reyes 19, 12-29

12 ¿Acaso los dioses de las naciones salvaron a aquellos que mis
padres aniquilaron, a Gozán, a Jarán, a Résef, a los edenitas que estaban en
Tel Basar?

13 ¿Dónde está el rey de Jamat, el rey de Arpad, el rey de Laír,
de
Sefarváyim, de Hená y de Ivvá?».

14 Ezequías tomó la carta de manos de los mensajeros y la leyó.

Luego subió a la Casa de Yahveh y Ezequías la desenrolló ante Yahveh.

15 Hizo Ezequías esta plegaria ante Yahveh: «Yahveh, Dios de Israel,
que estás sobre los Querubines, tú sólo eres Dios en todos los reinos de la
tierra, tú el que has hecho los cielos y la tierra.

16 ¡Tiende, Yahveh, tu oído y escucha; abre, Yahveh, tus ojos y mira!

Oye las palabras con que Senaquerib ha enviado a insultar al Dios vivo.

17 Es verdad, Yahveh, que los reyes de Asiria han exterminado las
naciones

18 y han entregado sus dioses al fuego, porque ellos no son dioses,
sino hechuras de mano de hombre, de madera y de piedra, y por eso han
sido aniquilados.

19 Ahora pues, Yahveh, Dios nuestro, sálvanos de su mano, y sabrán
todos los reinos de la tierra que sólo tú eres Dios, Yahveh.»

20 Isaías, hijo de Amós, envió a decir a Ezequías: «Así dice Yahveh,
Dios de Israel: He escuchado tu plegaria acerca de Senaquerib, rey de
Asiria.

21 Esta es la palabra que Yahveh pronuncia contra él: Ella te
desprecia, ella te hace burla, la virgen hija de Sión. Mueve la cabeza a tus
espaldas, la hija de Jerusalén.

22 ¿A quién has insultado y blasfemado? ¿Contra quién has alzado tu
voz y levantas tus ojos altaneros? ¡Contra el Santo de Israel!

23 Por tus mensajeros insultas a Adonay y dices: Con mis muchos
carros subo a los cumbres de los montes a las laderas del Líbano, derribo la
altura de sus cedros, la flor de sus cipreses, alcanzo el postrer
de sus
refugios, su jardín del bosque.

24 Yo he cavado y bebido en extranjeras aguas. Secaré bajo la planta
de mis pies. todos los Nilos del Egipto.

25 ¿Lo oyes bien? Desde antiguo lo tengo preparado; desde viejos días
lo había planeado. Ahora lo ejecuto. Tú convertirás en cúmulos de
ruinas
las fuertes ciudades

26 Sus habitantes, de débiles manos, confusos y aterrados, son plata
del campo, verdor de hierba, hierba de tejados, pasto quemado por el viento
de Oriente.

27 Si te alzas o te sientas, si sales o entras, estoy presente y lo sé.

28 Pues que te alzas airado contra mí y tu arrogancia ha subido a mis
oídos, voy a poner mi anillo en tus narices, mi brida en tu boca,
y voy a
devolverte por la ruta por la que has venido.

29 La señal será ésta: Este año se comerá lo que rebrote, lo que nazca
de sí al año siguiente. Al año tercero sembrad y segad, plantad las viñas y
comed su fruto.